Pasos:
- Batir las yemas con el azúcar hasta que estén cremosas y blanquecinas. Incorporar la nata montada y las claras montadas a punto de nieve, mezclar suavemente y separar la crema en dos partes.
- Añadir a una de las partes el queso fresco y 3 hojas de gelatina (previamente reblandecidas en agua, escurridas y disueltas en unas cucharadas de agua caliente). Mezclarlo muy bien, verter la preparación en un molde caramelizado y dejarlo en el frigorífico hasta que el compuesto esté ligeramente cuajado.
- Fundir el chocolate troceado al baño maría, añadir las 2 hojas restantes de gelatina (previamente reblandecidas en agua fría, escurridas y disueltas en una cucharadas de agua caliente), remover hasta que estén disueltas y dejarlo entibiar.
- Incorporar el chocolate con gelatina al resto de la crema y verterla en el molde sobre la mezcla de queso ya cuajada. Dejarlo reposar en el frigorifico. Esta corona queda mejor si se hace de un día para otro y se sirve bien fría.
- Para desmoldar la corona, introducir la base del molde en agua tibia, después desmoldarla sobre un plato grande y espolvorearla con virutas de chocolate, servirla en porciones regadas con el caramelo líquido.
NOTA: si nos gusta que sepa más a chocolate, fundir con el chocolae Nestlé también unas onzas de chocolate del 70%.
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